“Y Él les dijo: Echad la red al lado derecho de la barca y hallaréis pesca”, Juan 21, 6.
Llegando a España con nuevas responsabilidades, llegó también la pandemia y lo visualizado y planificado se esfumó, entendí aquello de “Isaías 55”, nuestros caminos no son siempre los del Señor. Asimismo, puede entender que con el virus que nos mantuvo encerrados por buen tiempo, nacía una gran oportunidad para acompañar a tantas almas, predicando el mensaje de ESPERANZA, es decir, el EVANGELIO a través de estas ventanas de la comunicación. No podía quedarme tranquilo, había que echar la red, tenía la posibilidad de hacer presente a Dios aquí y ahora, y él mismo hizo brotar la idea de predicar en un minuto la palabra del día con testimonios y vivencias de los mismos seguidores: “Hay Esperanza”
“Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces” Juan 21, 6
Repetir “Hay Esperanza” nos ayuda a permanecer atentos en medio de este escenario, no solo de (Covid19) sino el de otras pandemias como la desesperanza muchas veces por parte de nosotros (los pecadores) y el virus de la indiferencia entre la sociedad que ha hecho de Dios, el gran mendigo hoy.
Pedro, quien era un maestro de la pesca, sintió que era inútil seguir intentándolo aquella noche en la que no obtuvo éxito, pero fue el mismo Jesús quien ordenó volver a echar las redes ¿Quién nos dice aquí y ahora que echemos las redes en este gran mar de las redes sociales? ¡Es Jesús! afinemos el oído del alma.
“Hay Esperanza” nos invita a la pesca de nuevas vocaciones a la vida consagrada dominicana o a la vida sacramental para el matrimonio. No debemos pasar desapercibidos en este “nuevo continente 2.0” dejándonos llevar por la voz del desaliento al no ver las redes repletas. El mal no se detiene, la noche avanza y es espesamente oscura, pero hagámosle frente desde nuestra barca donde el Señor va con nosotros y digámosle lo que el Espíritu de Dios nos inspire, sin miedos, con conciencia y preparación. Juan, el discípulo amado por el Señor, nos vuelve a decir hoy como le dijo a Pedro: “Es Jesús”.
Sería un pecado no atenderle al no usar estas nuevas herramientas para llegar a quienes esperan por la Buena Nueva. ¿Qué haría Cristo, qué haría Domingo de Guzmán con estas herramientas comunicacionales de hoy? Varios de mis hermanos, a pesar de prejuicios, desconocimiento, edad y miedo, se han sumado, primero a la ORACIÓN y haciendo COMUNIDAD con fuerza, a ejemplo de nuestro padre Domingo en su tiempo, desean seguir PREDICANDO de forma sencilla y cercana en estos nuevos púlpitos. ¡Echemos las redes!
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